17 de octubre del 2020

De parte de K.T.:

“Empecé este bloque a principios del 2021 mientras vivía con mis papás, escondiéndome de covid. Trabajé en ella mientras hablaba con personas por teléfono que habían resultado positivas y con quienes intentábamos identificar el origen de su contagio y los próximos pasos.

Bordé muchas veces mientras estaba en el automóvil de camino a ver a mi abuelo con la mascarilla puesta y desde la ventana en el asilo de ancianos donde el vivia. También bordé durante el viaje de ida y regreso después de su funeral.

Este proyecto fue testigo del inicio de una nueva relación a distancia y ahora he estado bordando desde el lugar en el que convivo con mi pareja. Bordé durante el vuelo cuando la fuí a visitar en el verano, en el vuelo de regreso a casa y en un vuelo aún más largo mientras regresaba a la costa este.

En el otoño, empecé a ir a la escuela de medicina y este proyecto me ha ayudado a mantener mi enfoque cuando estoy escuchando conferencias y me recuerda el por qué me empeño tanto en aprender. Me recuerda lo importante que es la gratitud y mantenerme en el presente.

Yo escogí un laberinto sin saber por cuánto tiempo íbamos a tener que mantenernos en esta situación tan monótona en la que hemos estado por el virus. También escogí el laberinto porque conforme hemos bajado el ritmo de vida y ha habido silencio, hemos podido reflexionar y meditar sobre la vida. Escogí un laberinto con la esperanza de que todo el tiempo que hemos estado en este trayecto no sea en vano y nos ayude a salir adelante con más compasión y claridad. También el laberinto es visualmente simbólico de las mujeres en mi vida.

Una vez más estoy reflexionando sobre estos últimos años, mientras alisto mi proyecto para enviarlo de regreso, ya en casa en Montana y celebrando los días festivos con mi pareja y mis papás, de nuevo escondiéndome de covid”.